Con el tiempo, el pueblo llano, a base de protestas y ruegos, consiguó en 1828 que cualquier mortal (y no sólo reyes y cortesanos) pudieran entrar a esta catedral de la cerveza.

Capaz de acoger a 3,500 personas a la vez, cada día se despachan miles de litros de cerveza, siempre amenizadas con música y bretzels.

No hay comentarios:
Publicar un comentario