En la ciudad de Siracusa (Sicilia, Italia) existe una cueva con una acústica excelente; tal es así que el más mínimo ruido se oye con total nitidez.
Cuenta la leyenda que el tirano Dioniso I (405 a.d.C.) usó la cueva como prisión para los disidentes políticos y gracias a su acústica podía escuchar los planes secretos de los prisioneros...
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