
Con sus 66 metros de altura y situada en la cima de una colina, la torre es visible desde numerosos puntos de la ciudad.

Hacia 1630, Hezârfen Ahmed Çelebi subió a la torre y con unas alas hechas de madera se lanzó al vacío consiguiendo atravesar el estrecho del Bósforo hasta aterrizar suavemente en la orilla asiática del mismo a seis kilómetros de distancia.
El Sultán asustado por el arrojo de un hombre capaz de todo (quizás incluso de plantearse quitarle su puesto) lo mandó exiliar a la lejana Argelia.
Tres años después (1633), Lagari Hasan Çelebi (que era el hermano de Hezârfen Ahmed Çelebi) se adosó al cuerpo un cohete y fué lanzado al cielo amenizando suavemente en las aguas del Bósforo.
