Sin embargo, hay una leyenda que da otra explicación. Según esta leyenda esas tres islas estaban unidas con tierra firma y sobre esa planicie había una ciudad llamada Roglau.
Esta ciudad estaba rodeada de tierras muy fértiles donde sus habitantes (llamados Roglauer) llevaban a pastar enormes rebaños de ganado. Esto les proporcionaba una inmensa riqueza.
Se dice que la ciudad vivió un largo periodo de enorme prosperidad que duró quinientos años. Tanta prosperidad sin embargo hizo a sus habitantes descuidados y descreídos.
Se dice que sus hijos jugaban en la calle con el pan (mientras sus vecinos posiblemente pasaban hambre) y lo que es mucho peor: los Roglauer no iban a misa, ni siquiera en domingo!
Obviamente Dios no se lo tomó muy bien y mandó un castigo de los suyos. Así que mientras a los habitantes de Sodoma y Gomorra los freía con una lluvia de fuego, a los habitantes de Roglau les esperaba una inundación que borró de la faz de la Tierra la ciudad aniquilando a todos sus habitantes excepto a los mas piadosos que habían fundado dos monasterios: uno en la isla Herreninsel y otro en la Fraueninsel...
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